sábado, 12 de julio de 2008

El canto: la voz del espíritu.



Quienes han incursionado en el canto afirman que esta actividad ha sido una manera de dar continuidad a un gusto muy arraigado desde la infancia, como es la pasión hacia la música. Por ello, varias instituciones de atención a la tercera edad han creado grupos corales que permiten desarrollar estas aptitudes con el entrenamiento adecuado, lo que en consecuencia fomenta las relaciones sociales.

La práctica puede iniciar de manera intuitiva y, poco a poco, el conocimiento se racionaliza, se vuelve técnico. Así, cantar aumenta la capacidad de los pulmones, pues exige una forma de respirar muy precisa. Con la práctica esta habilidad puede aplicarse a métodos de relajación.

De esta forma, es muy positivo considerar la práctica del canto a fin de que personas de la tercera edad tengan nuevas oportunidades para divertirse, socializar y combatir la jubilación mental, que conlleva la pérdida de capacidades de aprendizaje, lenguaje y percepción. Anímese; recuerde que en muchos centros sociales existen grupos corales a los que puede acercarse y que, como bien dice la canción, cantando se alegran los corazones.

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