Los animales de compañía, como moduladores positivos de la salud y comportamiento de las personas que cruzan la tercera edad, es una gran alternativa para un cambio de vida mucho mejor.
Las ventajas de interactuar con un animal son múltiples; por ejemplo: la presencia calurosa y reconfortable de un perro, produce en el individuo relajación, lo que disminuye la tensión y la ansiedad, a la misma vez, la mascota es acariciada y esto favorece a la presión sanguínea, ya que, se origina un movimiento de la mano y el brazo, además de estirarse y girar el cuello para tocar al perro. Estas interacciones entre animales y personas de edad avanzada, ofrecen también, para estas ultimas, un entretenimiento y una distracción del dolor, que a esa edad mucho aquejan; pero también, fomentan los recuerdos de algunas mascotas pasadas, por parte de los pacientes, originando así, recuerdos de alegría, y por lo tanto, cambios de ánimo positivos.
Los galos, son los perros ideales para esta labor, debido a su naturaleza sociable y cordial; además son muy dóciles y de comportamiento tranquilo. Su altura corporal lo hace ideal para aquellas personas que están en cama o en silla de ruedas. Es así como estos perros ofrecen su afecto, pidiendo a cambio, caricias y de vez en cuando una que otra galleta.
Los galos no son los únicos perros disponibles para esta labor, todo tipo de perro es capaz de cumplirla, siempre y cuando, se establezca una relación con el paciente y no sean agresivos ni indiferentes con las personas.
Las ventajas de interactuar con un animal son múltiples; por ejemplo: la presencia calurosa y reconfortable de un perro, produce en el individuo relajación, lo que disminuye la tensión y la ansiedad, a la misma vez, la mascota es acariciada y esto favorece a la presión sanguínea, ya que, se origina un movimiento de la mano y el brazo, además de estirarse y girar el cuello para tocar al perro. Estas interacciones entre animales y personas de edad avanzada, ofrecen también, para estas ultimas, un entretenimiento y una distracción del dolor, que a esa edad mucho aquejan; pero también, fomentan los recuerdos de algunas mascotas pasadas, por parte de los pacientes, originando así, recuerdos de alegría, y por lo tanto, cambios de ánimo positivos.
Los galos, son los perros ideales para esta labor, debido a su naturaleza sociable y cordial; además son muy dóciles y de comportamiento tranquilo. Su altura corporal lo hace ideal para aquellas personas que están en cama o en silla de ruedas. Es así como estos perros ofrecen su afecto, pidiendo a cambio, caricias y de vez en cuando una que otra galleta.
Los galos no son los únicos perros disponibles para esta labor, todo tipo de perro es capaz de cumplirla, siempre y cuando, se establezca una relación con el paciente y no sean agresivos ni indiferentes con las personas.
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