domingo, 20 de abril de 2008

Vida en el agua




La natación es un deporte que la mayoría de las personas pueden practicar, sin importar su edad. Increíble resistencia cardiopulmonar, control de la presión y del sobrepeso y desarrollo de la mayor parte de los grupos musculares son algunos de sus beneficios, que se optimizan si se piensa en el bajo impacto que provoca en el cuerpo.

Muchos motivos hacen de la natación, en todos sus estilos y campos de práctica (natatorios o aguas abiertas) uno de los mejores ejercicios aeróbicos. Esto se debe a que es uno de los deportes más completos, teniendo en cuenta la cantidad de grupos musculares que entran en acción durante su práctica. Al nadar con estilo se ponen en funcionamiento, a la vez, más de dos tercios de todos los músculos de nuestro cuerpo.

Como decíamos, tiene un bajo impacto sobre las distintas partes de nuestro cuerpo. Esto se debe a que, al estar el cuerpo sostenido o sustentado por el agua, se reduce al máximo la tensión de los huesos y las articulaciones. Esto la hace preferible a casi todos los demás deportes competitivos. La carrera, parte esencial de muchos deportes, provoca un fuerte impacto sobre las articulaciones, en especial las rodillas y tobillos. Comparándola con ella, la natación no sólo no tiene esa indeseable consecuencia sino que, por el contrario, fortifica los tejidos articulares previniendo problemas. Por eso, nadar mejora la postura corporal y desarrolla la flexibilidad más que la mayoría de los deportes.

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